En los sanitarios del baño en que hayan aparecido manchas de óxido, fruto del contacto del agua con partes metálicas no suficientemente protegidas o por haber dejado algún elemento metálico sobre ellos, se puede emplear vinagre hirviendo, además de los limpia hogares tradicionales.
El truco consiste en calentar previamente el vinagre y empapar con él la mancha de óxido que queremos retirar. Empleando un paño fino y que no deje arañazos y con un poco de esfuerzo a la hora de frotar desaparecerán sin dejar rastro.
Una forma distinta de librarse de estas manchas consiste en secar completamente el sanitario, aplicar lejía y dejar actuar durante 12 horas. El inconveniente que conlleva es que no se puede emplear el sanitario en cuestión durante dicho tiempo.
Otro modo para quitar manchas es utilizar agua oxigenada mezclada con jugo de limón y pasta bórax, aplicar con cepillo y enjuagar profundamente. O como alternativa de esto aplicar detergente ácido de alta viscosidad para eliminar las incrustaciones calcáreas y restos de óxido.
Si ninguna de las anteriores opciones funciona, como último recurso, se puede pulir el esmalte con pasta de pulir aplicada con máquina pulidora.